Un valencianet a Madrid

En este programa se ponen en escena una serie de tonadillas del siglo XVIII representadas en Madrid, en las cuales siempre aparece el personaje del valenciano, con una serie de tópicos fácilmente reconocibles en este género y recuperadas ex profeso para este concierto. Se trata de una propuesta escénico-musical contada en clave de humor.

PROGRAMA DE CONCIERTO

– La viuda i l’escolà – Antonio Rosales / traducida al valenciano per Josep Bernat i
Baldoví (1809-1864)
– Un valenciano, una maja y una petimetra – Blas de Laserna (1751 – 1816)
– El valenciano y la petimetra – Blas de Laserna (1751 – 1816)
– El valenciano – Antonio Rosales (1740-1801)

PLANTILLA

Pilar Moral, soprano

Aurora Peña, soprano

Alberto Guardiola, tenor

Regina Fuentes, violoncello

Enric Llorens, violín

Amparo Camps, violín

Javier Caballero, clave

Onofre Serer, percusión

Rubén Parejo, guitarra

Pau Ferrer, actor

Francesc Valldecabres, dirección

EQUIPO

Aurèlia Pessarrodona, transcripción de partituras y estudio musicológico
Iván Luis Agrelo, dirección de escena
Pablo Bas, música incidental
Sem-Art, diseño de imagen
Maribel Hidalgo, coordinación técnica y gestión
Francesc Valldecabres, dirección musical y dirección del proyecto

MÚSICA TROBADA e Institut Valencià de Cultura, producción

Más sobre el proyecto

LAS TONADILLAS

La tonadilla es uno de los géneros más originales y a la vez más desconocidos del patrimonio musical hispánico: consistía en pequeñas obras lírico escénicas formadas por una sucesión de números cantados que desarrollaban un breve argumento, normalmente muy divertido. Se solían interpretar en los entreactos de las funciones teatrales, junto con otros géneros breves como sainetes o entremeses. El periodo de esplendor fue la segunda mitad del siglo XVIII, aunque hubo algunas obras que continuaron interpretando hasta muy entrado el siglo XIX.

Las tonadillas eran un reflejo de la realidad de la época, aunque fuera distorsionada por la intención cómica, pero estas obras siempre estaban basadas en hechos y personajes que el público identificaba fácilmente. Entre sus personajes abundaban los provenientes de varias comarcas, como los provenientes de Valencia, tal y como veremos en tres de las obras seleccionadas.

Además, una de las características más interesantes de la tonadilla era la enorme importancia del papel de las mujeres. La inmensa mayoría de tonadillas eran solo para mujeres, que cantaban, bailaban y se lucían teatralmente. Solían explicar alguna anécdota al público y muy a menudo daban consejos sobre cómo tratar a los hombres, mostrando un modelo de mujer empoderada y con un carácter fuerte.

La primera obra seleccionada es una tonadilla especialmente significativa e importante desde el punto de vista de la creación valenciana: La viuda y la escolá, con música atribuible a Antonio Rosales, pero a partir de la versión en valenciano que hizo en 1868 el dramaturgo valenciano Josep Bernat y Baldoví, creando una obra especialmente divertida de acuerdo con su sentido del humor y su talento como dramaturgo.

Después podremos escuchar El valenciano, la petimetra y la maja y El valenciano y la petimetra, ambas de Blas de Laserna, y por último El valenciano de Antonio Rosales. Resulta muy interesante observar que en estas obras los valencianos suelen aparecer caracterizados con profesiones asociadas en las tierras valencianas: estorers o, sobre todo, vendedores de agua de avena (es decir, un antecedente de la horchata). Las músicas relacionadas con estos personajes se aproximan a aires que actualmente englobamos en el folclore típico valenciano, como seguidillas con aires de bolero (recordamos que el bolero es un género que se conforma justamente durante este periodo, concretamente en 1780), e incluso en algún caso sentimos aires de jota valenciana. Son, por lo tanto, testigos muy interesantes sobre una realidad de inmigrantes valencianos que conformó todo un imaginario colectivo, digno de dar a conocer hoy en día.

LA PROPUESTA ESCÉNICA

Estas tonadillas hablan de seducción, enamoramientos y también fiascos. La figura del valenciano que va a la corte en busca de fortuna y esposa se transforma en el arquetipo de Manolo La Nuit Playero ante el cual todas las damas caen rendidas. Pero todo Latin Lover tiene un talón de Aquiles que le hace flaquear y, tarde o tempranom sucumbe a los efectos del amor, lo que vemos continuamente en los programas del corazón. Así, presenciaremos en directo el día a día del auténtico ‘macho valenciano’.